Woow…gimnasio mmm ohhhh…

Vamos a ser sumamente sinceras y hablar con el corazón…a pocas nos gusta ir al gimnasio y más aún si tenemos unos kilos de más con los cuales estamos batallando, y los que son la razón de asistir. Pero bien…hoy de mañana mi vida y mis sentimientos hacia estos locales cambió radicalmente, paso a contarles….

Miércoles 6.30 AM…eh…???? ¿Escribí 6.30? Si, así es…quienes me conocen en persona saben que eso no puede ser normal, es más…varias amigas si se hubieran enterado de mi despertar, de seguro me hubieran llevado de urgencia a ver un médico, y si…como ustedes ya han comenzado a comprender…soy dormilona.

Ahora bien…6.30 hs., me levanto con pocas ganas, ahrrrr….¿por que se me habrá ocurrido ir al gimnasio? Y si…tan sólo puedo ir temprano pues el resto del día es una locura, y si a eso le sumamos que en la noche nos reuniremos con la chicas…imposible otro horario!!!! Y esta visita ya no puede postergarse (menos aún si recordamos que dentro de pocos días saldré con Víctor, ¿ podré tonificar mi cuerpo para esa salida? Si….claro en el gimnasio “Por arte de magia”…tontuela!!!!!).

Me visto sencillamente con un pantalón deportivo (el único de ellos que me sirve oops), remera y un abrigo.

Salgo de casa no sin antes dejar una nota a mis progenitores pues si se levantan y no me ven a esa hora, seguro…segurisimo que llaman a la policía porque jamás pensarían que me desperté tan temprano por mi propia voluntad…”nos secuestraron a la nena !!!!” , pensarían.

Pobres ilusos…con lo que gasto de coca-cola (light claro, eso ni se pregunta, comeré torta de chocolate pero el refresco siempre bajas calorías) , alimentos y demás, los secuestradores no serían tan idiotas como para mantenerme cautiva mucho tiempo, es más me devuelven con una nota expresando su pesar a quien comparta mi vida jajajaja.

Al llegar al gimnasio, que por suerte queda cerca de donde vivo, parecía una condenada al paredón..cara demacrada (por la levantada temprano), ánimo por el piso (del sólo hecho de pensar en hacer ejercicio) y el pavor de una gacela perseguida por un león (por tener que dejar ver mis kilos por ahí, entre tanta gente delgada).

Pago la cuota y enseguida llaman al instructor que está en la mañana…ahhhh ¿or que me pasa esto a mí?, pensé. Era un morocho de ojos claros, buen físico (y si…es un instructor!!!), y una sonrisa que podía eliminar el resto de sueño que me quedaba.

- Buenos días, soy Marco, seré tu instructor – me dijo amablemente - ¿Cuál es tu meta al comenzar el gimnasio?

Ahhhh….si no hubiera estado tan espectacular le habría contestado bruscamente pero tan sólo atiné a decir, con cara de idiota claro está…:

- Bajar unos kilitos de más…- si…kilitos…hipócrita!!!! Jajaja

La rutina que me preparó fue sencilla, pues luego de verme 5 minutos en la cinta de caminar, obviamente se dio cuenta que no llegaría muy lejos…ahhhh agua….una silla, algo please!!!!!!!!!

No recuerdo la última vez que transpiré y me agité tanto (si…les dejo a su imaginación las connotaciones de la frase…jiji), no veía la hora de terminar la clase, pero a la vez el estar en compañía de ese bombonazo era una inspiración.

Luego de 45 minutos de tortura, Marco se me acercó y dijo:

- Bueno, eso es todo por hoy, estuviste muy bien. Ahora ven por aquí así hace los ejercicios de estiramiento finales y yo te doy unos masajes.

Ehhhh…masajes…???? Está de más comentarles la rapidez con la que me bajé de la bicicleta fija, hice los ejercicios de estiramiento y me senté en el banquito donde me iba a hacer los masajes en el cuello. Creo que Flash Gordon y Superman hubieran sido una tortuga al lado mío, creo que incluso hubiera gano una medalla olímpica.

El empezó a hacerme unos masajes en el cuello de forma sumamente profesional, pero honestamente mi mente comenzó a divagar y viajar por lugares prohibidos hasta de que pronto de mi boca salió: “mmmm…ahhhhh…si así…sigue…mmmmm”. Ahrrrrr…..que papelón !!! , lo miré con cara de pánico mientras mis mejillas quedaban de un hermoso color bermellón, el me sonrió con cara dulce (debe de estar acostumbrado a estas reacciones, pensé) y me saludó diciéndome un “Hasta la próxima, estás lista”.

Si…¿lista para qué? Me fui más rápido a mi casa tratando de olvidar el papelón, pero aún ahora en la oficina no puedo dejar de pensar en el masaje.

Ahora llegué a comprender la adicción de algunas personas a los gimnasios, podría decirse que es un placer “¿orgásmico?”, jaja.

Bueno eso es todo por hoy, los dejo así arreglo mis horarios, es que estaba viendo que quizás sea mejor que vaya al gimnasio dos veces la día, por la salud y el ejercicio claro…¿o que estaban pensando?

Besos, Alex Jones